lunes, 12 de enero de 2015

NFL Divisional Round: Luck pudo con Manning y la regla, con Bryant


¿Cuántas veces nos han dicho que correr es importante cuando llega la postemporada? Un objetivo necesario en la durísima NFC que, visto lo visto, no deja de ser mera anécdota en la conferencia Americana. Y es que Brady y Luck demostraron este fin de semana que hay ciertos jugadores capaces de ganar un partido con su mera presencia (y juego) en el emparrillado. Incluso los cojos, como Rodgers, y los no tan decisivos, como Wilson, también han sido clave este fin de semana. Los playoffs son tiempos de nombres, no de números, y eso lo saben bien en Colorado.

Los Denver Broncos cambiaron de estrategia en el último mes y medio de competición: menos pase y más carrera. Todavía no se sabe muy bien si aquello era una consecuencia de los problemas de Manning o, por otra parte, un objetivo premeditado para intentar no forzar tanto al veterano QB y que llegara sin presión a enero. Después del partido contra Colts, hago mía la primera hipótesis. Sí, Indianápolis hizo mucho daño gracias a una defensa agresiva que presionó cara a cara a los pasadores rivales, pero la puntería de Manning jamás estuvo presente. Como si su brazo ya no le respondiera, falló pases claros a Emmanuel Sanders y Julius Thomas que hubiesen cambiado la dinámica de la noche. Más allá de 20 yardas no hubo nada que rascar.

Eso se vio desde el inicio y Andrew Luck lo aprovechó dando un recital de 'know-how' que volvió a conjugar bien con la presencia del RB Daniel Herron (¿quién se acuerda ya de Trent Richardson?). Los Colts sorprendieron a los Broncos con menos agresividad pero más martilleo con acciones de yardaje corto. Nada hubo que reprochar al joven QB porque apenas cometió errores y sus dos intercepciones fueron tan lejanas que fueron como un punt más. Si consiguen desplegar ese juego en New England, tendremos una gran batalla por delante. Mientras, el fracaso en High Mile es rotundo y la especulación sobre el posible retiro de Manning llenará tertulias durante estas próximas semanas.

En Foxborough se vivió un partido épico. Nadie en la historia del playoff ha podido remontar dos veces una distancia de 14 puntos, pero los Patriots lo hicieron a través del ingenio de Bill Belichick (polémica línea ofensiva de cuatro) y el libreto de jugadas de Josh McDaniels. El buen hacer de Brady contrarrestó el horrendo partido de la pareja de cornerbacks Darrelle Revis y Brandon Browner: la isla de Revis sufrió el tsunami de Steve Smith y los pases de un Joe Flacco que puso el miedo en el cuerpo durante tres cuartos con la inestimable ayuda del imparable Justin Forsett. Sin embargo, ese gran pase de 51 yardas de Edelman a Amendola (recuperado para la causa) reactivó a los Patriots, que vivieron del oxígeno de Gronkowski para después darle la vuelta al encuentro. Todo ello, con apenas 14 yardas de carrera.

Algo que no sirva en la Superbowl porque los Seattle Seahawks están en pleno apogeo. La sensación de superioridad que transmiten es única y su secundaria es una de las mejores de la historia. Aunque los Panthers hicieron un partido muy serio, la Legion of Boom volvió a destrozar todo el trabajo ajeno en el último cuarto. Desde diciembre no han dejado anotar a nadie en el cuarto período (literal, cero puntos) y la intercepción de Chancellor devuelta para TD es un aviso de lo que es este equipo: da igual lo bien que juegues contra ellos, que el partido SIEMPRE se hará muy largo. Y si tienen a un Russell Wilson tan cerebral como el del sábado, apaga y vámonos.

También debió pensar algo parecido Dez Bryant, privado de una recepción espectacular que selló el destino del Cowboys-Packers. ¿La jugada más polémica en playoff desde el tuck rule de Brady contra los Raiders? Seguro que sí, pero lo cierto es que las reglas no dejan lugar a discusión porque "The Reversal" fue la decisión correcta. Sin embargo, es evidente que la normativa es hasta cierto punto injusta porque el receptor de Dallas controla el bajón sin problemas hasta que cae. Todo el mundo vio una recepción que por un tecnicismo no fue. Las discusiones sobre si esa situación debe ser modificada seguirán en verano, no tengan ninguna duda.

Aquello difuminó la épica de ver a Aaron Rodgers cojo cargarse el equipo a sus espaldas. Si en la primera parte apenas se movió del pocket, durante la segunda mitad demostró que con algún paso que otro su visión del horizonte cambia por completo. Desmontó a unos Cowboys que tenían el partido un bajo control casi absoluto y Davante Adams consiguió la actuación de su vida supliendo a un desaparecido Jordy Nelson. De todas formas, la sensación que transmite el CenturyLink Field es que se necesitará algo más para presenciar la caída de los campeones. 

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