jueves, 12 de septiembre de 2013

Es lo que hay...

He de reconocer que me habría gustado que nos diesen los Juegos. Qué le voy a hacer, soy así de... Para todos los que amamos el deporte habría sido un puntazo. Y sí, yo ya estoy mayor y ya viví unos aquí, los de Barcelona, ¿pero a quién no le hubiese gustado repetir?

La realidad pudo con el sueño. Una realidad que ha destapado todas nuestras miserias, de las cuales yo no me canso de hablar. Un país donde ninguno de nuestros presidentes en democracia fue capaz de hablar Inglés, y cuando algún dirigente se ha animado ha provocado vergüenza ajena (no sé en quién estaréis pensando, hay tantos…). Un país que para su desarrollo promovió la cultura del pelotazo, y lo llamaron el milagro español. Un país en la mas absoluta de las ruinas, que va a cerrar el Centro Nacional de Investigación Científica, privatiza servicios básicos, cada vez menos dinero para becas, etc… Un país donde la corrupción es nuestra bandera y el despilfarro nuestra seña de identidad. En fin, son tantas cosas que, honestamente ¿en qué estábamos pensando?

Ahora bien, con los tiempos que corren, el COI debería mirar su ombligo y adaptarse a las demandas actuales. Esa falta de transparencia, ese sistema cerrado y opaco no es aceptable se mire por donde se mire. Pues a pesar de todo lo anterior, Madrid, según los exámenes previos, era la mejor candidatura y la más austera, amén de que España, por más que le pese a muchos es una potencia deportiva mundial. Esa era la razón de peso por la cual creo que merecíamos los Juegos. Lástima que nuestros políticos se parezcan tan poco a nuestros deportistas, sino otro gallo nos cantaría.

Nos queda el consuelo de que el año que viene tendremos aquí el Mundial de Baloncesto que, con la que está cayendo, no es moco de pavo. Y yo al COI, hasta que no cambie, ni mirarlo.

J.L. Berzosa


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