En la
noche de hoy ha terminado la primera
jornada de la máxima competición de clubes a nivel europeo: la Euroliga. Y como
todos los años estos partidos han pasado por el más absoluto olvido para el
público en general y los aficionados al básquet en particular.
La Euroliga
tiene un problema, no interesa al gran público, es incapaz de ser una producto atractivo,
pese a los mil y un intentos de Jordi Bertomeu por tratar de consolidar la competición como
referente europeo e intentar hacer
sombra a la todo poderosa Champions League, su equivalente futbolera.
Pero
los inventos con gaseosa suelen ser fallidos, en primer lugar el invento de las
licencias A, un mecanismo creado para poder consolidar las inversiones que hacían
los equipos, la teoría dice que los equipos con dicha licencia van a invertir
más por el simple hecho de jugar la Euroliga, pero la práctica nos ha demostrado todo lo contrario,
los equipos con dicha licencia se pueden bajar sus presupuestos y el nivel de
sus plantillas sin riesgos deportivos.
Gracias
a esas licencias la liga ACB pierde atractivo, si sumamos la situación actual
de bicefalia del Barça y Madrid, que maquillan
sus presupuestos con las ganancias del fútbol. Hace que los Play Off de la liga
no sirvan absolutamente para nada hasta llegar a la final donde Barça y Madrid competirán
por el título, un claro ejemplo es la campaña pasado donde Unicaja no entro en
Play Off (por segundo año consecutivo) y el Caja Laboral perdió en cuartos de
final contra el Herbalife Gran Canaria, y ambos equipos están jugando este año
la Euroliga, mientras que el tercero y cuarto clasificado de la ACB se tienen
que conformar con jugar la Euro Cup.
Por
otra parte este año se ha producido la compra de los derechos de la competición
por parte Digital + que retransmitirá los
partidos del R. Madrid y Unicaja,
mientras que FC Barcelona tienes sus derechos vendidos a TV3 y Caja Laboral se
encuentra en negociaciones con ETB, a la que ya ha tenido que regalar el primer
partido ante la obligación de dar una señal del partido o pagar una multa de la
competición.
Este
panorama de derechos audiovisuales en la era de la TDT, con una gran oferta televisiva
en abierto, y la decisión de llevar la competición
a una plataforma de pago supone hundir
la competición en el fondo de un pozo
con una piedra atada, condenarla al ostracismo televisivo, por mucho que digital
+ cuide el producto, una de las grandes señas de identidad de esta empresa. Si a esto le sumamos que los otros equipos tienen los derechos
vendidos a sus televisiones autonómicas, nos encontramos con otra piedra atada al producto “Euroliga”.
En la
actualidad es imposible hacer más distante la competición al gran público, en
primer lugar por su funcionamiento como grupo de monopolio cerrado, los de
dentro controlan todo y la meritocracia reina por su ausencia a la hora de competir, y la dificultad de seguir la competición a través
de una televisión o por otros medios de comunicación hacen que otro año la Euroliga pase desapercibida,
sin pena ni gloria.
Antonio Ortiz Cuñat.
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