domingo, 9 de febrero de 2014

La orquesta del Titanic

Este fin de semana se ha jugado la fase final de la Copa del Rey 2014. Como todos los años la ACB ha sacado la joya de la corona, una competición preciosa, trepidante  con el lema de “una ciudad, ocho aficiones, un título”   y un fin de semana lleno de emociones que  reúne a todo el mundo del baloncesto de este país.

Fotos ACB Media

Y está es la fiesta del baloncesto español, en la ciudad de Málaga y en las repletas gradas del Martín Carpena se pueden encontrar a un sinfín de  personas que acuden como todos los años a ver el espectáculo que ofrecen los ocho equipos en el parqué.
La duda, la incertidumbre, la sorpresa son conceptos que estaban presentes en el ADN de esta competición, hasta tal punto que el nuevo comisionado de la NBA Adam Silver estaría pensando instaurar una competición similar como sustitución del devaluado All-Star Week-end.  Pero en la pista, la diferencia presupuestaria de los dos gigantes futbolísticos sobre el resto de equipos reducen la incertidumbre a  la certeza que el titulo estará entre uno de ellos.
Esta falta de competitividad en la copa,  claros ejemplo es que en esta edición sólo el Valencia Basket – Laboral Kutxa es el único partido entro sin un claro ganador en el último minuto, y que el FC Barcelona batió el récord de máxima diferencia en un partido de Copa (+42), dejando claro que la competencia es cada vez menor en esta competición y en la propia ACB.
La NBA ha creado un modelo propio, difícil de llevar a cabo, en que el comisionado exigió a los equipos unidad por un bien común, la competitividad. Para que cualquier equipo tuviera las mismas opciones que otro para ganar la competición. Para ello no dudo en legislar en favor de esta homogenización de la liga, que atraería mejor contratos televisivos, mejores entradas y una expansión de la liga. Y eso se ha logrado, sirva como ejemplo que Boston y Lakers jugaron las finales de la NBA en el año 2010 y hoy son dos de los peores equipos de la competición.
Por su parte básket europeo aposto por un modelo basado en el capitalismo salvaje, en el tanto tienes tanto vales, de esta manera los equipos con mayores presupuestos monopolizan los títulos, mientras que los equipos con pocos recursos luchan por salvar la categoría, el problema de competitividad no tardó en llegar y se hizo más alarmante hace unos años con la caída de presupuesto de la gran mayoría de los equipos ACB. Hay que recordar que estamos en una competición donde la diferencia entre el presupuesto más alto y el más bajo es de 1-30, donde la crisis está golpeando de manera muy dura a la clase media y baja de la liga con la caída de calidad de los equipos y de la liga. Este año el Valladolid, un clásico de la ACB, está rompiendo todos los récord negativos de la competición con varios partidos perdidos por más de 50 puntos.

Foto ACB Media.


Pero la crisis no sólo está golpeando a la ACB, sino que ha acabado con el sistema de ascenso y descenso de la competición, teóricamente la liga española es una liga abierta, pero la práctica nos demuestra que desde hace 3 años es una liga cerrada donde los equipos procedentes de la liga Adecco Oro no pueden hacer frente al pago del canon para jugarla, por lo tanto sus ascensos no son oficiales y vuelven a jugar otro año en la segunda competición nacional. 
Además la dedocracia a la hora de dar las plazas de la máxima competición europea ha tenido como resultado la falta de un objetivo claro para los equipos que pudieran ocupar el espacio que han dejado libre el Laboral Kutxa y el Unicaja, que llevan unos años siendo superados por otros equipos en la clasificación final de la ACB. Estos equipos se encuentran con la problemática de encontrar patrocinadores para poder crecer deportivamente y el problema de no poder jugar la máxima competición internacional les impide crecer socialmente. Todo esto da como resultado una liga estática donde apenas hay nada en juego.
Además el éxito del proyecto NBA tiene como resultado el éxodo de jugadores a los EEUU, muchos de ellos prefieren ser cola de león que cabeza de ratón, es decir, prefieren jugar en la NBA siendo un jugador residual en la rotación, antes que ser una mega estrella en un equipo europeo.
Otro de los problemas que se han sumado en los últimos años es el gran problema que tiene la ACB para vender su producto televisivo, no  deja de ser llamativo que la semifinal entre Valencia Basket y FC Barcelona no se pudiera ver por ninguna televisión a nivel nacional, haciendo cada vez más complicado seguir el baloncesto para los aficionados.

Pero la Copa del Rey es como la orquesta del Titanic, sigue siendo el mayor éxito de una competición que se hunde, en los peores momentos de la liga sigue brillando con luz propia, dando un ápice de normalidad a un momento donde la liga ACB se va a pique. 

Antonio Ortiz Cuñat

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