Este fin de semana se ha jugado la fase final
de la Copa del Rey 2014. Como todos los años la ACB ha sacado la joya de la
corona, una competición preciosa, trepidante con el lema de “una ciudad, ocho aficiones, un
título” y un fin de semana lleno de
emociones que reúne a todo el mundo del
baloncesto de este país.
Fotos ACB Media |
Y está es la fiesta del baloncesto español, en la ciudad de Málaga y en las repletas gradas del Martín Carpena se pueden encontrar a
un sinfín de personas que acuden como
todos los años a ver el espectáculo que ofrecen los ocho equipos en el parqué.
La duda, la incertidumbre, la sorpresa son
conceptos que estaban presentes en el ADN de esta competición, hasta tal punto
que el nuevo comisionado de la NBA Adam Silver estaría pensando instaurar una
competición similar como sustitución del devaluado All-Star Week-end. Pero en la pista, la diferencia presupuestaria
de los dos gigantes futbolísticos sobre el resto de equipos reducen la
incertidumbre a la certeza que el titulo
estará entre uno de ellos.
Esta falta de competitividad en la copa, claros ejemplo es que en esta edición sólo el
Valencia Basket – Laboral Kutxa es el único partido entro sin un claro ganador en el último minuto,
y que el FC Barcelona batió el récord de máxima diferencia en un partido de
Copa (+42), dejando claro que la competencia es cada vez menor en esta
competición y en la propia ACB.
La NBA ha creado un modelo propio, difícil de
llevar a cabo, en que el comisionado exigió a los equipos unidad por un bien
común, la competitividad. Para que cualquier equipo tuviera las mismas opciones
que otro para ganar la competición. Para ello no dudo en legislar en favor de
esta homogenización de la liga, que atraería mejor contratos televisivos,
mejores entradas y una expansión de la liga. Y eso se ha logrado, sirva como
ejemplo que Boston y Lakers jugaron las finales de la NBA en el año 2010 y hoy
son dos de los peores equipos de la competición.
Por su parte básket europeo aposto por un
modelo basado en el capitalismo salvaje, en el tanto tienes tanto vales, de
esta manera los equipos con mayores presupuestos monopolizan los títulos,
mientras que los equipos con pocos recursos luchan por salvar la categoría, el
problema de competitividad no tardó en llegar y se hizo más alarmante hace unos
años con la caída de presupuesto de la gran mayoría de los equipos ACB. Hay que
recordar que estamos en una competición donde la diferencia entre el
presupuesto más alto y el más bajo es de 1-30, donde la crisis está golpeando
de manera muy dura a la clase media y baja de la liga con la caída de calidad
de los equipos y de la liga. Este año el Valladolid, un clásico de la ACB, está
rompiendo todos los récord negativos de la competición con varios partidos
perdidos por más de 50 puntos.
Foto ACB Media. |
Pero la crisis no sólo está golpeando a la
ACB, sino que ha acabado con el sistema de ascenso y descenso de la
competición, teóricamente la liga española es una liga abierta, pero la práctica
nos demuestra que desde hace 3 años es una liga cerrada donde los equipos
procedentes de la liga Adecco Oro no pueden hacer frente al pago del canon para
jugarla, por lo tanto sus ascensos no son oficiales y vuelven a jugar otro
año en la segunda competición nacional.
Además la dedocracia a la hora de dar las
plazas de la máxima competición europea ha tenido como resultado la falta de un
objetivo claro para los equipos que pudieran ocupar el espacio que han dejado
libre el Laboral Kutxa y el Unicaja, que llevan unos años siendo superados por
otros equipos en la clasificación final de la ACB. Estos equipos se encuentran
con la problemática de encontrar patrocinadores para poder crecer
deportivamente y el problema de no poder jugar la máxima competición
internacional les impide crecer socialmente. Todo esto da como resultado una liga estática donde apenas hay
nada en juego.
Además el éxito del proyecto NBA tiene como
resultado el éxodo de jugadores a los EEUU, muchos de ellos prefieren ser cola
de león que cabeza de ratón, es decir, prefieren jugar en la NBA siendo un
jugador residual en la rotación, antes que ser una mega estrella en un equipo
europeo.
Otro de los problemas que se han sumado en
los últimos años es el gran problema que tiene la ACB para vender su producto
televisivo, no deja de ser llamativo que
la semifinal entre Valencia Basket y FC Barcelona no se pudiera ver por ninguna
televisión a nivel nacional, haciendo cada vez más complicado seguir el
baloncesto para los aficionados.
Pero la Copa del Rey es como la orquesta del
Titanic, sigue siendo el mayor éxito de una competición que se hunde, en los
peores momentos de la liga sigue brillando con luz propia, dando un ápice de
normalidad a un momento donde la liga ACB se va a pique.
Antonio Ortiz Cuñat
Muy acertado el comentario
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