Este fin de semana en la ACB de mis amores había dos guerras bien distintas en las canchas, unos buscaban su lugar en la COPA y otros tenían que demostrar su condición de favoritos a todo trofeo que se juegue en Europa.
Se enfrentaban los dos gigantes que hasta el momento monopolizaron las competiciones en ACB, el Barcelona visitaba la casa del Madrid con ansias de demostrar que su juego nada tiene que ver con el de la pasada temporada y el Madrid quería dejar claro que ellos habían vuelto a ser los de la temporada anterior, los campeones.
El Barcelona ganó esta batalla, ejecutaron su mejor partido en casa del Madrid desde que mi memoria recuerda, una victoria más en esta competición que aunque no tenga mucha importancia estratégica a estas alturas de la liga, si tiene un efecto mental positivo en los azulgrana que recuperan juego interior, alegría en los movimientos y sensaciones, situando a los chicos de Laso al borde del precipicio después de recuperar su posición en el Top 16 en Europa.
Se vio un Madrid falto de ideas, falto de defensa, que tiró una vez más de su acierto en triples, pero que no fue suficiente, tampoco lo fue la actitud de Llul y Chacho a modo de Llaneros Solitarios para salvar los papeles y dejar la victoria en casa, los chicos de Laso se encontraron a un Satoranski de escándalo que supo organizar el juego, ayudado de un magnífico Samuels y Tomic, un elegante Doellman que acompañados de la serenidad que dió el capitán Navarro y el brío de Ribas (nadie echó de menos a Arroyo), todos en equipo, seis jugadores con más de diez puntos en su marcador particular, hicieron que el Madrid al finalizar el tercer cuarto estuviese a 19 puntos del Barcelona.
Distancia que se redujo en el último cuarto, hubo momentos que recordaron el último encuentro contra el Unicaja, un exceso de confianza que unido a actuaciones individuales de Carrol, Taylor, Ayón a falta de un LLul lesionado física y mentalmente, maquillaron el resultado del encuentro.
Dos gigantes con pies de barro en la lucha por el título de campeón, el Madrid sufrirá esta semana en la casa del Baskonia y el Barcelona se verá las caras con el Olypiakos, dos citas complicadas que tendrán que superar en su batalla particular para mantener su estatus de favoritos.
Pero no se olviden señores que el único que ha demostrado actitud de campeón a fecha de hoy es el invicto Valencia Basket, otra semana más y van 23 contiendas con 23 victorias, unas fáciles y otras muy complicadas como la de ayer en la cancha del Iberostar Tenerife, quizás el partido más difícil y denso de esta temporada. Su actitud, sus ganas, su sacrificio les hicieron llevarse otra victoria a casa proclamando el color naranja como el favorito de la temporada.
Bilbao superó al Joventud en su particular carrera a la Copa, un 85 77 en el marcador que no refleja el dominio de los vascos durante todo el partido, el cual se complicó a falta de unos minutos ayudados por el acierto de los catalanes desde el perímetro, pero uno vez más, Mumbrú, Bertáns y Raúl López hicieron su trabajo y resolvieron el partido.
Baskonia hizo sus deberes, destrozó a un Fuenlabrada perdido en la inmensidad de los hombres de Perasovic. Andorra ganó al Herbalife poniendo toda la carne en el asador para estar en Coruña, en la Copa. Unicaja , verde que te quiero verde, no podía ser menos para seguir vivo y dejó clara su condición de luchador ante el juego peleón del Manresa.
Un lamento, mis chicos, los gallegos del Obra pelearon hasta el agotamiento pero no pudieron llevarse una victoria a casa desde Murcia, no obstante, vimos actitud, vimos ganas de ganar, faltó físico debajo de la pintura pero hay luz más allá del túnel.
Hoy nada más que desearos un Feliz año 2016 lleno de buen baloncesto y de buenos deseos para todos.
Marta Rey desde Santiago de Compostela, BALONCESTO
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