Emoción e Igualdad, definen esta Copa del Rey que hemos vivido este fin de semana en Vitoria, la mejor, la más brava, la más emocionante que recuerdo y ya tengo años.
Cuatro días de batalla y un campeón el Real Madrid, y van cuatro seguidas, no podemos decir que es casualidad ni obra de un milagro, LLul, es el resultado de un trabajo en equipo liderado por un genio, el alma y líder de su base, Sergio Llul.
No hay palabras para definir a este ser sobrenatural en las pistas, coraje, decisión ante la canasta en los momentos difíciles, decide y ejecuta en milésimas de segundos cuando el balón quema en la pista, busca la tensión del momento clave y tira para ganar sin importar el mañana, lo que le hace uno de los jugadores más grandes que han pisado las pistas europeas.
Llul la luz de un equipo repleto de estrellas intermitentes a su lado, Ayón, Reyes, Rudy, Carroll, todos han participado de las tres finales que han tenido que sufrir para alzar la Copa, Randolph glorioso, Doncic retador, pero por encima de todos ellos un ser sobrenatural, su nombre es LLul.
Tres finales, porque fueron tres finales las que protagonizó el Real Madrid contra unos rocosos e insolentes Andorra, Baskonia y Valencia.
Los tres contrincantes no fueron fáciles, no dieron el partido nunca por perdido, la cenicienta Andorra hasta protagonizó polémica con una jugada controvertida que llevó a la prórroga al Madrid en el primer duelo.
El Baskonia a pocos minutos del final ganaba de ocho puntos pero una vez más LLul y su ejército resurgieron de las nieblas, forzaron prórroga y ganaron el partido, el mejor partido sin duda, el más atlético, el más duro físicamente, los dos favoritos, pero sólo llegaba uno a la final y fue el Real Madrid de la mano de Randolph, Doncic y el eterno LLul.
El Valencia Basket llegaba a la final después de dejar en el camino a un Barcelona que dió la sorpresa de la Copa superando inexplicablemente a los de Joan Plaza con una brillante actuación del Erickson al modo llanero solitario, un Valencia Basket soberbio que sólo el tercer cuarto le bastó para hundir al muerto viviente que es hoy el Barcelona.
La final Real Madrid Valencia Basket, los dos equipos protagonizaron una epopeya, una oda al baloncesto. El Valencia a pesar de la inferioridad numérica de jugadores estrella, Pedro Martínez sacó petróleo de cada uno de ellos, San Emeterio, Vives, Rafa Martínez, Sastre, Sato y un descomunal Dubljevic hicieron frente al gran Real Madrid, y lo hicieron con gallardía, con descaro, rozaron la victoria en los últimos segundos pero una vez más Sergio Llul se encargó de destrozar los sueños de los humildes y con diez puntos en los últimos minutos dio la Copa al equipo de sus amores, al color blanco.
Felicidades a todos los equipos, bravo por sus actuaciones, por su grandeza en la pista porque han hecho de esta, una Copa que mira por encima del hombro al partido que se jugaba en el otro lado NBA All Star 2017.
Pero señores dejen de vivir en el pasado, porque la Copa es pasado y centrémonos en la siguiente jornada de la ACB, ocho duelos más que esperemos estén a la altura de lo que hemos vivido.
Marta Rey desde Santiago de Compostela para Falta Personal, no fue un Copa más fue una Copa del Increible Llul