El actual
formato de MundoBasket estaba ya caduco y por ello la FIBA comenzará a realizar
cambios drásticos a partir de la próxima edición, más vale tarde que nunca. El
sistema de wild-cards (invitaciones previo pago de una gran cantidad de
dólares) y un modelo de cruces que puede conducir a especulaciones era algo que
debía borrarse del mapa del baloncesto cuanto antes y más tratándose de la
segunda competición internacional en importancia tras unos Juegos Olímpicos.
En primer
lugar se cambia la periodicidad del MundoBasket, el cual dejará de coincidir en
año con el Mundial de fútbol. La próxima edición del MundoBasket tendrá lugar
en 2019 (de aquí a cinco años) y, aparentemente, ya se quedará así para el
resto de los tiempos con un intervalo de cuatro años (2019, 2023, 2027,
2031...). Además los Eurobaskets (tras los de 2015 y 2017) también pasarán a
tener una periodicidad de cuatro años en lugar de la actual de dos (2017, 2021,
2025, 2029...).
Esto por un
lado es un claro guiño de la FIBA a la NBA liberando a los internacionales como
mínimo un verano cada cuatro años (el verano que coincida con el Mundial de
fútbol como ya se ha señalado anteriormente) y, por otro lado, además significa
un intento por parte de la FIBA de revalorizar sus propias competiciones cada
vez más plagadas de renuncias y misteriosas bajas. Exceptuando los Juegos
Olímpicos servidor es incapaz de recordar la última vez que fueron los mejores
jugadores del mundo a disputar estas competiciones.
Aunque
volviendo al asunto entorno al cual versa este artículo, el actual formato de
competición del MundoBasket, conviene señalar que este sistema con una eterna primera fase con grupos de seis equipos de los cuales pasan cuatro tiene el consecuente
peligro de que algunas selecciones puedan elegir a su rival en octavos y
cuartos de final aún a costa de dejarse perder algún partido que otro. Todo eso
parece que tratará de ser solucionado en la edición de 2019 al cambiar el
formato de 32 selecciones por el de 24 actual, aunque esta medida tendrá como
contraprestación un importante descenso del nivel competitivo de lo que se
debería esperar en un Mundial de baloncesto.
Aunque
servidor no es un gran apasionado del motociclismo jamás olvidará cuando el
piloto ilerdense Emilio Alzamora ganó el Mundial de motociclismo de 1999 en 125
cc (actual Moto3) sin ganar ninguna carrera en toda la competición, únicamente
se valió de una calculadora con la cual ir calculando en que puesto le convenía
acabar cada uno de los grandes premios de aquel año. Este método de competir
con la calculadora en mano (o banquillo) también se aplica en los Mundobaskets,
y más con este extraño sistema de cruces, que impide que los grupos A y B se
enfrenten a equipos de los grupos C y D hasta la final o el tercer y cuarto
puesto, circunstancia que desde mi punto de vista devalúa y quita mucha emoción
a la competición.
A nadie se le
olvida, hace ya algunos años, una canasta a última hora de DeColo ante Grecia
que supuso la victoria de los galos pero que propició que Francia se cruzase
con España en la siguiente ronda y los griegos esquivasen a la selección
española. Algo parecido paso ayer en la victoria de los franceses ante Serbia:
alegría y euforia inicial por la remontada... pero en los medios de comunicación
franceses advertían que convenía quedar cuartos mejor que terceros para no
tener que medirse a España hasta semifinales (siendo cuartos). En el caso de
que los galos acabasen terceros se cruzarían con España en un hipotético cruce
de cuartos y tras peder ante Brasil en la jornada inaugural de este MundoBasket
es un posibilidad más que evidente. Y viendo el bajo nivel tanto de Egipto como
de Irán parece descabellado que corriera peligro la cuarta plaza del grupo a
favor de los franceses.
Lo dicho, para
esquivar a España y Estados Unidos hasta semifinales conviene quedar cuarta (o
segunda) en los grupos A o C o bien primera (o tercera) en los grupos B y D.
Esta circunstancia me temo que lleve a ver alguna sospechosa derrota en lo que
resta de fase de grupos. Por suerte para el deporte esta mañana la victoria de
Senegal ante Croacia ha reventado todas las calculadoras del grupo B, aunque
hay que estar atentos a cómo se desarrolle el Argentina-Grecia de la última
jornada.
En el grupo C
habría que mirar con lupa un República Dominicana – Turquía de la última
jornada mientras que en el D hay un Lituania – Eslovenia que puede dar mucho
que hablar. Esperemos que por el bien del deporte se produzcan más sorpresas
rompe-calculadoras como la de esta mañana y que todo el mundo juegue a ganar. Aunque
para evitar tanta especulación la mejor solución es, sin duda, cambiar este
caduco y actual sistema de competición.
JOSÉ BAUTISTA (PEROL N ROCK)
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